viernes, 11 de noviembre de 2011

Bonarda, un vino amigable

Bonarda Grape


Fuente: Diario Clarín.
Para seguir conociendo las variedades que encontramos en las vinotecas, hablemos de la cepa tinta Bonarda, que llegó a nuestro país con los inmigrantes. Siempre se usó en los vinos argentinos para producir grandes volúmenes; muchos de los vinos cuyas etiquetas decían “Borgoña” eran corte de Bonarda y Malbec. Necesita un clima templado, con mucho sol sobre el racimo. En nuestro país se adaptó perfectamente y los cultivos se extendían cada vez más. En 1936 ya se contaban 6.000 hectáreas, y en 2001 llegó a convertirse en la segunda variedad tinta en extensión, con 15.000 hectáreas, sólo superada por la Malbec. En Cuyo se la conocía como Barbera, Barbera Bonarda o Bonarda.
En los últimos años, prestigiosos enólogos posicionaron esta uva en la alta gama, rescatando sus atributos y dándole relevancia.
Recientemente se determinó que la Bonarda argentina no es igual a la italiana. A raíz de investigaciones hechas en la Universidad Nacional de Cuyo, mediante un análisis de ADN, se supo que el Corbeau, que en Italia se conoce como Charbonno, es genéticamente igual a la Bonarda argentina. También se la puede encontrar en las etiquetas bajo el nombre de Chaborno, Corbeau o Douce Noir.
El vino elaborado con esta cepa, en nariz aparece intenso ; sus aromas primarios son las frutas rojas carnosas, frambuesas, frutillas, cassis y cerezas, y ciertas especias. En boca es muy agradable y de buena intensidad, de taninos muy suaves, aterciopelado y elegante. La madera le permite una excelente maduración y le suma aromas de vainilla, tostado y cuero.
Acompaña muy bien a las carnes y vegetales grillados, pastas secas o rellenas con salsas rojas e, incluso, con hongos.
También los quesos duros y las legumbres en ensaladas y guisos.

Sugerencia de la casa: los invito a probarlo con un tibio milhojas de papas al horno de barro.... Un manjar

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